El mejor cumpleaños

Dr.Amor:

Tengo que contarle mi situación, que me desvela e intranquiliza. Llevo 15 años de casado con la misma mujer. Tengo 7 hijos y lamentablemente, mi vida sexual no es la más activa de todas. Entre el cansancio de mi mujer -que dicho sea de paso, cada vez está menos atractiva- y los 7 vástagos que nos rodean, se me hace bastante difícil realizar el acto sexual, con concentración, y entusiasmo.

Lo hacemos de vez en cuando, rápido y mal. Pero el otro día, fue mi cumpleaños. Me levante bien temprano a la mañana, me despedí con un beso en la mejilla de mi «amada mujer» y llevé a los niños al colegio. Al ir camino a la oficina, tuve que parar a cargar nafta en una YPF que está en camino a la Capital, lugar donde siempre cargo el combustible. Como en muchas estaciones de servicios, despachan nafta señoritas. Al llegar, se me acercó una niña bastante bonita y muy fuerte , por cierto. «¿Súper, común o verde?»…me dijo con tono muy sensual. Le respondí y fui a abrir la tapa del tanque de nafta. Mientras estaba abriendo la tapa, pasó por detrás de mi, apoyando sutilmente sus pechos en mi espalda. «Perdón, es que no llega la manguera…» dijo con cara cómplice. Atónito me corrí y me quedé mirando como cargaba el combustible. Mientras ella me clavaba sus ojos en los míos, con sus manos acariciaba de arriba hacia abajo parte de la manguera. Y la agarraba con una mano, apretándola fuertemente. «¿Viste como manejo la manguera?…., ¡¡dulce!!…»me dijo por lo bajo. Pagué y rápidamente me fui por la autopista, sin comprender que me había ocurrido. Al llegar al estacionamiento, aparqué el auto en el lugar de siempre y fui a retirar el ticket a la casilla. Allí estaba Laura, la encargada, que todas las mañanas con rectitud me entrega el comprobante. «¡Que bonito estamos hoy! ¡Feliz Cumple, Lindo!» me dijo sorprendiéndome. Primero porque ¿cómo sabía de mi cumpleaños? y segundo, ¿cómo me iba a decir eso?. Salí sin chistar del estacionamiento, y entré a mi oficina. En el ascensor raramente vacío, subo apretando el piso 32º, donde está mi oficina. Pero en el piso 3º frena el mismo, se abre la puerta automática y sube la secretaria del piso inferior a donde trabajo. Leonor es una hermosa pelirroja que tiene locos a todos lo muchachos de la oficina. Sin mediar palabra sube y marca el piso 31º. Cuando viajo en un ascensor, generalmente miro los numeritos como van cambiando en el visor que se encuentra encima de la puerta. Pero esta vez, miré, de reojo, las hermosas piernas de esta pelirroja que ha todos enloquece. Realmente, que mina fuertona, y con esa minifalda, es verdaderamente infartante. Pero sin sacar los ojos del visor de los pisos, sentí como que ella me miró dos o tres veces. De golpe, veo como Leonor aprieta el botón de Stop. Lógicamente el ascensor se frenó, quedando entre los piso 18 y 19. Se dio vuelta, y sin decirme nada, se me acercó y comenzó a besarme. ¿Qué pasa?, ¡No lo puedo creer!. Desabrochándose la blusa y dejando sus hermosos pechos al aire, se arrodilló y comenzó a realizarme una fellatio. Fue espectacular. Tratando de reponernos, ella bajó en su piso, y al salir solo se sonrío, saludándome con la manito. Yo me bajé en el mío, sin creer lo que había vivido. Llegué a mi escritorio y saqué las cosas de mi portafolio. Entre nervioso y sorprendido, fui a la cocina a prepararme un café. Allí estaba Claudia, la señora que limpia. ¡Epa, Carlos, se lo ve como contracturado!…me dijo mientras ponía el agua a calentar. La miré y con mis ojos asentí a su aseveración. Mientras yo ponía mis tres cucharaditas de edulcorante en mi tacita de los Muppets, Claudia se paró detrás de mí y comenzó a hacerme masajes en la espalda. ¿Qué está pasando? pensé, mientras ella comenzaba a acariciarme todo mi pecho, pasando sus manos por entre mi camisa. Abriéndose el delantal rosa, descubrí un cuerpo que nunca hubiera imaginado. Una hermosura latina, estilo Penélope Cruz. Y terminamos teniendo sexo, pero del bueno, bueno. Pasaron las horas dentro de la oficina, trabajando pero pensando en todo lo que me había ocurrido. Al llegar al mediodía, fui a comer como todos los días, al barcito de los gallegos de la esquina. Me senté en mi lugar, en las barra del otro lado de la caja. Comía mi sanwich de salame y queso, con el vasito de agua sin gas, cuando siento que alguien comienza a tocarme en la entre pierna. Miro de reojo y veo como una rubia despampanante, que me mira y sigue con su mano derecha acariciando mi miembro. Con una excitación poco habitual, me doy vuelta, poniéndome de frente a ella. Delante de todo el bar, se abre la blusa y se baja la pollera, mostrando un cuerpo envidiable por cualquier mujer y lógicamente por cualquier hombre que pueda poseerla. Me abre el cierre del pantalón y con su boca busca entre mis calzoncillos mi miembro….. «Amor…..» «Amor…» ¡Levantate que es tarde, debes llevar a los chicos al cole!», era la voz de mi señora que me despertaba la mañana de mi cumpleaños. «¡Ah……Feliz Cumple!»…me dijo, dándome un beso en la frente.
Doctor, please, un comentario.

Carlos de Núñez. Buenos Aires


Respuesta del DR AMOR:

Estimadísimo Carlos:

¡Qué maravilla tu historia!. Estuvimos todos atentos a tu relato, que nos fue atrapando a medida que avanzábamos en su lectura. Pero algo imaginábamos, ya que no podía ser que tuvieras tanta suerte en un solo día. El tema es que queda en evidencia que estás un poco descontento con tu actual vida. Vemos que tu falta de «buen sexo» -como vos lo llamás- esta haciendo que los ratones que viven en tu bocho, se coman entre ellos. ¡Tenés ratones «ratonófagos»! Creemos que urgente deberías charlar con tu mujer lo que te está ocurriendo. Proponéle que algún día alguien se quede en casa con tus hijos y salgan a comer afuera a un lindo lugar. Vayan a un buen hotel alojamiento y si ella no se queda dormida, intenten hacer el amor como en los mejores tiempos. Incógnita: ¿Hubo mejores tiempos en sus vidas?. Esperamos que sí. Pero si ves que tu querida señora no te dá ni cinco de bolilla, probá otra cosa. Un día cualquiera, comenzá el día como nos contaste e intenta de que te ocurra algo de lo que nos relataste. Es decir, tirale los galgos a todas las mujeres que te encuentres en ese día. Pueden ocurrir dos cosas: que tengas éxito con más de una -porque muchas mujeres dicen que los hombres somos los que no nos atrevemos a hablar claro- o que te metan en cana por desbordado sexual. Eso sí, dijimos con todas las mujeres que se te crucen en ese día, descontando a tu mujer y a……….TU SUEGRA. ¡¡¡¡Puajjjjj………….!!!! (de solo imaginarlo nos agarra una cosa acá……….).

Dr. Amor