Optimismo

El optimismo es una forma de percibir y apreciar las cosas, con efecto inmediato, priorizando los aspectos más positivos, sin que ello impida percatarse de las problemáticas existentes, precisamente este enfoque a veces surge para salir de una situación difícil, tratando de quitarle peso a los obstáculos en pos de vencerlos.

El término nace del francés optimisme, sobre la raíz latina optĭmus, que se interpreta como óptimo, y completado por el sufijo -ismo, del latín -ismus con origen en el griego -ismós, para marcar una actitud o posicionamiento.
Valoración optimista del presente
Hay personas que tienen una valoración negativa sobre el momento histórico que vivimos y consideran que en el pasado todo iba mucho mejor. Si bien esta creencia está muy extendida, se puede afirmar que es objetivamente falsa.
En el siglo XXl el ser humano tiene una mayor esperanza de vida. Muchas enfermedades que antaño eran mortales hoy en día son curables. En relación con el respeto hacia las personas con discapacidad, en la actualidad hay una actitud mayoritaria de empatía y valoración, algo que no sucedía en otros tiempos.
Actualmente la inmensa mayoría de la población puede disfrutar de unas vacaciones, una circunstancia que en otros tiempos estaba al alcance de muy pocos. La jornada laboral no ha dejado de reducirse de manera paulatina y esta circunstancia permite que podamos disfrutar del tiempo libre a nuestro antojo.
En cuanto al dolor físico, no hemos logrado eliminarlo por completo, pero al menos disponemos de fármacos y tratamientos para aliviarlo, mientras que en otras épocas no disponíamos ni siquiera de anestesia.
En nuestros días disponemos de un volumen de información tan amplio que es posible resolver cualquier duda o inquietud. Ante una situación de dificultad económica, existen organismos e instituciones que proporcionan ayuda y solidaridad.
En síntesis, no vivimos en un mundo perfecto, pero sin duda las perspectivas vitales son mejores que en el pasado. Cualquier tiempo pasado fue peor.
Factores que intervienen en el estado de ánimo
Un ánimo pesimista u optimista no tiene una única explicación, ya que depende de distintos factores.
Los expertos en la conducta humana saben que la predisposición genética y los procesos bioquímicos que afectan al cerebro tienen un papel destacado en el grado de ilusión o desánimo.
Las circunstancias personales, sociales y económicas que rodean al individuo condicionan el nivel de satisfacción. En gran medida nos sentimos optimistas o pesimistas en función de lo que ocurre a nuestro alrededor.
La actitud vital de algunas personas no depende de lo que sucede a su alrededor sino de ellos mismos. En otras palabras, hay individuos con una actitud vital positiva y, a pesar de los inconvenientes que puedan aparecer, tienen un estado de ánimo optimista.
El papel del diálogo interior
Todos hablamos con nuestro yo interior y establecemos una especie de diálogo íntimo. En este proceso de comunicación existen distintas alternativas. La primera consiste en generar mensajes destructivos (yo no puedo hacerlo, el mundo cada vez está peor, soy un incomprendido, tengo muy mala suerte…).
También tenemos la posibilidad de hablarnos con cierta objetividad (este aspecto de mi vida es satisfactorio pero este otro no lo es).
Una tercera opción consiste en autoenviarnos mensajes optimistas (soy capaz de conseguir cualquier objetivo que me proponga, aunque aparezcan dificultades tengo que seguir luchando por mis metas o las situaciones adversas pueden ser nuevas oportunidades para encontrar la felicidad).
Fuente: https://significado.com/optimismo/