Quien ansía lo de otro puede terminar perdiendo también lo propio:

“Quien ansía lo de otro puede terminar perdiendo también lo propio” es una expresión popular o moraleja que significa que no se debe ser ambicioso ni avaro porque por mirar para las cosas que no son tuyas puedes no poner atención en lo que es tuyo y perderlo.

La moraleja “quien ansía lo de otro puede terminar perdiendo también lo propio” nace de una fábula del siglo VI contada por el griego Esopo llamada «El perro y el reflejo en el río».
Los refranes que se podrían asociar a esta moraleja son los que hablan sobre la avaricia y la ambición, tales como: “quien todo lo quiere, todo lo pierde”; “quien dos liebres sigue, tal vez caza una y muchas veces ninguna”; “quien mucho abarca, poco aprieta”, o “quien más tiene, más quiere”.

Fábula de «El perro y el reflejo en el río»
La fábula El perro y el reflejo en el río dice más o menos así:
Iba un día un perro con un suculento pedazo de carne entre sus dientes, todo feliz, paseando por un río. Mientras admiraba las montañas y el paisaje a su alrededor bajó la cabeza y se vio reflejado en el agua del río.
El perro quedó absorto porque creyó que el reflejo era otro perro con otro pedazo de carne que le parecía ¡incluso mayor que el suyo!
El perro ambicionaba tanto el pedazo de carne del otro perro que corrió hacia el río, saltó encima del otro perro y con toda la acción de tratar de morder al otro, soltó su pedazo de carne, y la corriente se lo llevó con él.
El perro se queda sin su pedazo de carne y tampoco consigue el pedazo de su reflejo.
Moraleja: “quien ansía lo de otro puede terminar perdiendo también lo propio”

Fuente: https://www.significados.com/quien-ansia-lo-de-otro-puede-terminar-perdiendo-tambien-lo-propio/