Cuándo son preocupantes las lagunas mentales

Sin importar la edad, todos hemos tenido alguna vez un blanco en la memoria o un pequeño olvido. Sin embargo, cuando las lagunas mentales aparecen con frecuencia es conveniente consultar con un especialista.

¿Qué son las lagunas mentales? (Foto: Pixabay)
No poder recordar el nombre de un actor, olvidar la fecha de cumpleaños de un amigo, chequear varias veces si cerramos el gas o no acordarse dónde estacionamos el auto pueden parecer pequeños lapsus insignificantes. Sin embargo, si estas lagunas mentales, en las cuales el cerebro se queda totalmente en blanco, comienzan a aparecer con cierta frecuencia pueden convertirse en un signo de alerta.
Pero, ¿cómo saber si los olvidos son graves? La clave está en determinar la magnitud de estas lagunas mentales. Por ejemplo, en los adultos mayores sería conveniente consultar con un profesional si los olvidos afectan la información que es particularmente importante o conocida, si los baches se vuelven frecuentes o si los olvidos interfieren en las actividades cotidianas.
El olvido como parte del envejecimiento
A medida que envejecemos el cerebro experimenta cambios que pueden dificultar el aprender cosas nuevas o, incluso, recordar palabras conocidas. Olvidar momentáneamente el nombre de una persona, dudar si cerramos la puerta al salir o no recordar pasajeramente dónde guardamos las llaves son, en la mayoría de los casos, lagunas propias del envejecimiento que no revisten ninguna gravedad.
Por el contrario, el tipo de olvido que indica una señal de alarma es el vinculado a aquella información que la persona antes siempre había recordado: un evento social que ocurre en forma regular (por ejemplo, una clase de gimnasia) o algo previsto en la agenda (un turno con el médico).
Las lagunas mentales también se vuelven preocupantes cuando afectan la vida diaria o generan problemas para realizar tareas mentales, por ejemplo: desorientarse y perderse en el camino hacia un lugar conocido, confundirse al seguir instrucciones sencillas o tener dificultades para manejar.
Cuando los olvidos comienzan a ser problemáticos es conveniente realizar una consulta con el neurólogo, quien hará una revisión del historial médico y un examen físico del paciente. También puede indicar pruebas para medir las funciones cognitivas (atención, memoria, capacidades lingüísticas y espaciales) o una evaluación neurológica.
Lapsus como síntoma
Más allá de ser frustrantes, los olvidos y lagunas mentales frecuentes o de magnitud pueden ser signos de demencia. Ésta no es una enfermedad, sino que es un síndrome clínico que engloba síntomas como pérdida de memoria, dificultad para razonar, incapacidad de aprender o de recordar información nueva, alteraciones en la personalidad y comportamientos inadecuados que afectan las capacidades intelectuales y sociales y obstaculizan la realización de actividades cotidianas.
El temido mal de Alzheimer es la causa de demencia más común (según la Organización Mundial de la Salud, responsable de entre el 60 y 70% de los casos). La evaluación temprana de un síntoma como los olvidos constantes puede ayudar a diagnosticar antes la afección y poner en práctica terapias para su control.
Otras causas de las lagunas mentales
Mientras que una laguna mental puede hacer que una persona olvide el lugar dónde estacionó el auto en un shopping; la demencia podría hacer que se le haga imposible llegar al centro comercial. Si este no es el caso, las lagunas mentales podrían estar indicando:

  • Estrés: Las tensiones son una causa frecuente de la amnesia transitoria, siendo las personas que rebasan los 50 años de edad las más propensas a desarrollarla.
  • Problemas para dormir adecuadamente: Si el cerebro no descansa bien, no puede procesar toda la información que acumula a lo largo del día y comienza a funcionar mal. Es aquí cuando pueden aparecer las lagunas mentales.
  • Apnea de sueño: Las personas que tienen problemas de apnea del sueño, es decir, la interrupción momentánea de la respiración mientras duermen, son candidatos a presentar algún episodio de amnesia transitoria debido a la disminución en la oxigenación cerebral que esta alteración genera.

Adiós a los olvidos
Existen algunas medidas que pueden ayudar a disminuir las lagunas mentales, por ejemplo: aplicar técnicas de asociación o mnemotécnicas, hacer crucigramas, practicar operaciones aritméticas, intentar memorizar poemas, aprender letras de músicas, estudiar un idioma, jugar al ajedrez o cualquier otra actividad que estimule el área cognitiva.
Es también importante alimentarse adecuadamente, disminuir el estrés, practicar técnicas de relajación, mantener buenos hábitos de descanso y hacer actividad física diariamente. Todas estas medidas sencillas pueden ayudar a reducir las alteraciones a nivel cognitivo, al mismo tiempo que mejoran el estado de salud general.
“Lo tengo en la punta de la lengua”
Además de ser una frase muy popular, el tener una palabra en la punta de la lengua, o PDL, es un fenómeno que los científicos vienen estudiando hace varios años y consiste en la dificultad para encontrar la palabra que, si bien forma parte de nuestro vocabulario, se encuentra bloqueada y por lo tanto no podemos acceder a ella.
Sabemos que lo sabemos, que está allí, archivado en algún lugar de nuestra memoria, pero no podemos acceder al término. Durante ese estado de intensa sensación de conocer la palabra, recordamos cierta información sobre ella. En muchas ocasiones incluso se recuerdan detalles como la letra inicial. Además, intentamos buscar sinónimos como una estrategia para inferir el vocablo buscado.
Otra peculiaridad del fenómeno PDL es que ocurre en mayor medida con nombres propios, seguidos por nombres comunes, y en último lugar están los verbos y los adjetivos. Los especialistas también han determinado que este fenómeno es común y frecuente, aumentando su incidencia con la edad. Sin embargo, cuando las exigencias ambientales son mayores, como durante los períodos de exámenes para los estudiantes, la frecuencia del PDL también es alta.
Fuente: docsalud.com