Convencional: Gladiolo

Planta iridácea con flores en espiga, de colores diversos según las variedades, que se cultiva como planta de adorno: tiene el jardín muy adornado de gladiolos.

Perteneciente a la familia iridáceas.
El gladiolo posee un tallo rígido en forma de espada sobre el que se acoplan lateralmente grandes flores. Son apreciados en jardinería y cultivados como ornamentales o para la obtención de flores cortadas. Su forma fundamental de reproducción es mediante multiplicación de los bulbos (cormos).
Los gladiolos son plantas originarias de África, Europa y Asia, sin embargo, el mayor número de especies se encuentran en el continente africano; en Sudáfrica y Madagascar se encuentran una buena cantidad de especies que actualmente se estudian y utilizan como ornamentales.
Los gladiolos son plantas de crecimiento cíclico, emiten flores en primavera y se marchitan con los últimos calores del verano para sobrevivir en invierno. Desarrollan unos tubérculos bulbosos provistos de capas tunicadas que los protegen. Estos bulbos subterráneos son los utilizados para su multiplicación vegetativa.

Cultivos
La mayoría de los bulbos de gladiolos se cultivan de manera similar, sobre suelos bien
drenados, sueltos y ricos. En las especies de mayor talla se instalan espalderas en forma de hilos o alambres para que sean sujetadas en el momento de su desarrollo, ya que de lo contrario se corre el riesgo de que se doblen o rompan al adquirir progresivamente mayor peso.
Por su condición natural, los gladiolos requieren una buena exposición al sol. Una vez que las flores se han marchitado se corta el tallo al ras del cormo y se saca de tierra. Este bulbo es sensible a la luz y genera fácilmente clorofila, por lo que adquiere un color verdoso; si esto ocurre la planta crece mal. Los bulbos, por tanto, se secan y guardan en la oscuridad en un lugar fresco y frío. Es conveniente rociar una capa de alguna sustancia antifúngica para evitar su putrefacción.